Para conseguir un resultado rápido, cómodo y a la altura, el ajo deshidratado es tu mejor opción.
El sabor intenso del ajo natural es único, pero el ajo deshidratado -en polvo o granulado- es un atajo que merece la pena tomar cuando tenemos poco tiempo o simplemente no nos apetece pelar y cortar. En este post te contamos algunos trucos y recetas para usarlo y conseguir un resultado óptimo en tus platos.
Antes de nada, piensa en la preparación que conlleva emplear ajo fresco. Elegir los dientes, pelarlos, cortarlos, lavar todo para que el olor no se impregne demasiado… Con el ajo deshidratado, la única preparación que necesitas es abrir el cajón de las especias y espolvorearlo en la preparación que tengas entre manos. Solo por eso, merece que le dediquemos una entrada en el blog.
El ajo deshidratado, tanto en polvo como granulado -un poco más grueso- tiene muchas ventajas.
Por ejemplo, es menos propenso a quemarse que el ajo fresco cuando lo empleas en recetas de asados. Eso sí, cuidado al utilizarlo con aceite en sartén. Si buscas un sabor a ajo suave pero uniforme, como en sopas, guisos o salsas, esta es tu opción.
El ajo fresco no se dispersa tan fácilmente ni se impregna en la comida tan bien como el deshidratado. No obstante, si lo que quieres es un sabor más intenso, el fresco te lo asegurará, ya que el ajo en polvo pierde parte de su intensidad.
¿Que no se te ocurre cómo disfrutar de todas estas ventajas del ajo deshidratado? ¡Que no cunda el pánico! Aquí te dejamos dos recetas muy sencillas para romper el hielo y empezar a familiarizarte con la variedad de ajo más cómoda del mercado.
Salsa chimichurri
- Llena un recipiente con 2 cucharadas de orégano deshidratado, 3 cucharadas de perejil deshidratado, 3 cucharadas de ají molido y 1 cucharada de ajo deshidratado.
- Agrega 1 cucharada de agua caliente hasta cubrir la mezcla para que se hidrate.
- Agrega una pizca de sal, 1/2 cucharada de vinagre blanco y 4 cucharadas de aceite.
¡Listo para sazonar tus recetas de carne argentina!
Salmón al horno en papillote
- Prepara trozos de papel de aluminio para cubrir cada pieza de salmón.
- Coloca cada salmón encima de un trozo de papel y sazona con aceite, romero en rama, pimienta molida, ajo en polvo, sal y un poco de jugo de limón.
- Envolver el salmón con el papel de aluminio, no demasiado pegado, para que el vapor pueda repartirse de manera uniforme.
- Hornea a 180º de 20 a 30 minutos.
En El Explorador producimos ajo en polvo y granulado de la mejor calidad. Si te animas a incorporarlo a tu cocina, ¡no dudes en probar el nuestro!